9/2/11

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Longitud: 74 grados, 0 minutos, 23 segundos Oeste. Latitud: 40 grados, 42 minutos, 51 segundos Norte.
Sigo el sonido de las sirenas...Algunas cosas exceden las palabras. La comprensión. El perdón. ¿Cómo les dices que no lo sabíamos? No podíamos saberlo. No podíamos imaginarlo. Sólo algunos locos podían albergar el pensamiento, ejecutar el plan, pilotar los aviones. El mundo cuerdo siempre será vulnerable a los locos, porque no podemos ponernos en su lugar para concebir estas cosas.
No pudimos preverlo. No pudimos estar aquí antes de que pasara. No pudimos impedirlo. Pero ahora sí estamos aquí.
No puedes vernos por el polvo pero, pero estamos aquí. No puedes oírnos por lo gritos, pero estamos aquí.
Incluso los que considerábamos nuestros enemigos están aquí. Porque algunas cosas sobrepasan rivalidades y fronteras. Porque la historia de la humanidad está escrita no con torres sino con lágrimas. Con la moneda común de la sangre y la carne. Con la voz que habla dentro de, incluso, los peores de nosotros, y dice que está mal. Porque incluso los peores de nosotros, aún desfigurados. todavía somos humanos. Todavía sentimos. Todavía lloramos la muerte de inocentes. Estamos aquí. Pero nosotros somos pequeños al lado de los auténticos héroes. Los que se enfrentan al fuego sin temor ni armadura. Los que entran en la oscuridad sin saber si saldrán de ella, porque saben que hay otros esperando en la oscuridad. Esperando la salvación. Esperando una palabra. Esperando justicia.
Hombres normales,. Mujeres normales. Extraordinarios por sus actos de compasión. Y valor. Y terrible sacrificio. Hombres normales. Mujeres normales. Negándose a rendirse. Negandose a aceptar las proclamas autoindulgentes de guerreros santos de toda ralea, que anuncian qe por alguna razón nosotros nos lo buscamos. Cuerpos de caída libre en las noticias. Locura en las mezquitas, acallando catorce siglos de honestas plegarias, olvidando las lecciones de las cruzadas de antaño: Que sufren más quienes menos lo merecen...No hay palabras. No hay palabras. La ira amontonada sobre la ira. Ira suficiente para tapar el sol. Y el aire, lleno de preguntas
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